28 de enero de 2014

EL RETO DE LOS JÓVENES ES PASAR DE CONSUMIDORES A CREADORES

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El rápido progreso de las nuevas tecnologías de la comunicación (TIC) impide tener una perspectiva suficiente para analizar los cambios de hábitos.
El mundo al revés.Los hijos enseñan a los padres como colocar un antivirus en el ordenador o a tener un espacio en Facebook. Los padres compran un móvil a su hijo para tenerlo vigilado cuando salga de casa y este lo desconecta o lo usa para pasar fotos y mensajes. Los padres colocan el ordenador en el comedor para controlar el acceso a determinadas webs y los adolescentes se encierran en su habitación con su BlackBerry conectada a Internet y hablan a través del WhatsApp gratuito con sus amigos.
El rápido progreso de las nuevas tecnologías de la comunicación (TIC) impide tener una perspectiva suficiente para analizar los cambios de hábitos, especialmente entre los jóvenes que son los más propensos a usar las redes sociales. Son pocos los estudios existentes y pronto quedan desfasados. Hace dos años un estudio de la UOC y la Fundació Catalana de l'Esplai situaba el Messenger como el instrumento de comunicación más utilizado. Pero ya ha sido desplazado por el Facebook. Más recientemente, el WhatsApp por ser gratuito ha relegado a los SMS. Es una batalla comercial a un ritmo frenético.

NACIDOS DIGITALES. Los niños entran en las redes a partir de los siete años
El proyecto Austica sobre El uso de las TIC y la brecha digital entre adultos y adolescentes, que dirige el profesor Jordi Busquet, ha puesto de manifiesto que cada vez los jóvenes se inician antes en el uso de las nuevas tecnologías. Acceden a partir de los 7 años, ya sea través del móvil, del ordenador o de otros aparatos. Algunos padres aseguran ya que sus hijos han aprendido antes a teclear su nombre en la pantalla del ordenador que a escribirlo sobre papel. Eso no significa que conozcan todas las potencialidades de las redes, sino que usan una parte de esas herramientas, las que les son más accesibles.
Aunque es difícil establecer una secuencia sobre el uso y apropiación de esas tecnologías, un estudio de la Fundación Mac Arthur, encargado a las universidades Southern California y Berkeley, en el que entrevistaron a 800 adolescentes y jóvenes, concluye que hay tres géneros de participación: Hanging out es el comportamiento de los usuarios que utilizan mensajería instantánea y redes sociales para estar en contacto con amigos; Messing around es una práctica más elaborada, se busca información on line y se empieza a jugar con los medios digitales de forma experimental, sin objetivos específicos, y geeking out es la práctica que define la capacidad para usar de forma intensiva y autónoma esos medios. A esta fase sólo se llega tras pasar por otras en las que aparentemente se pierde el tiempo o simplemente se juega o se pasa el rato.

EL DESAFÍO. Internet es una prolongación de la vida cotidiana
"Cuando llegué a la universidad ya se oía decir que los jóvenes no sabían escribir y no se concentraban, y aún no se habían desarrollado las nuevas tecnologías", dice Daniel Aranda, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya. La realidad dice que los adolescentes no buscan la poesía ni la alta cultura, sino que quieren disfrutar del momento y desligarse de su familia, les pasan muchas cosas y utilizan unos instrumentos de comunicación diferentes a los de sus padres. "Ellos están en una etapa evolutiva y hay que respetarla. No se trata sólo de diferencias en el consumo cultural sino de diferencias generacionales", concluye Aranda.
El otro problema es que los adultos tienden a demonizar las tecnologías y además tienen una actitud más pasiva ante ellas. Para los jóvenes internet no es tanto un espacio virtual, como una continuación del día a día del colegio, de la calle, de las conversaciones con los amigos. Para ellos no existe una separación tan radical como la que perciben los adultos. "Los adolescentes viven conectados y la comunicación funciona de forma natural a través de estos canales que son amplificadores automáticos de lo que hacen presencialmente", señala Cristina Riba, periodista y profesora de Comunicación de la Universitat Pompeu Fabra. "La red es una réplica de su mundo on line –afirma también Daniel Aranda–, continúan en el chat la conversación que unas horas antes tenían en el patio de la escuela".

NUEVAS PATOLOGÍAS. Los 'hikikomoris' son una excepción entre los jóvenes
Cuando empezaron a proliferar los artilugios electrónicos, se dijo que las redes podían incomunicar a los jóvenes. Se citaba el caso de los jóvenes japoneses, conocidos como los hikikomoris, chicos adolescentes que se encierran en su habitación, conectados a la red, y pasando horas con los juegos de ordenador, sin apenas comunicarse con sus padres. Pero este tipo de patologías prácticamente no existen en otros países y deben considerarse como una anomalía o excepción, del mismo modo que sucede con los intentos de acoso a través de la red o las infiltraciones de paidófilos. Son peligros tan reales como minoritarios.
Por el contrario a menudo los jóvenes se reúnen para jugar juntos con los videojuegos. A veces la calle también es peligrosa y la habitación personal puede ser un refugio más tranquilo para la socialización. El profesor Aranda opina que "la red social potencia los contactos sociales, permite pasarse canciones, enviarse documentos, comentar aspectos sentimentales de sus vidas". La red facilita contactos y rompe distancias: se puede mantener la relación con amigos del verano o que sólo se podrían ver de vez en cuando. Hay quien dice incluso que ayuda a superar problemas como la timidez, aunque sobre este punto hay discrepancias entre los psicólogo.

PELIGROS PARA INTERNAUTAS. Es necesario aprender a gestionar la privacidad
Es uno de los "peligros" de las redes. Y ya nadie duda de que es necesario "aprender a gestionar la privacidad". En cierto modo es lo mismo que sucede en la vida real: hay aspectos que no se pueden mostrar, hay que reservar ciertos sentimientos, ideas o fotografías. El problema es que a menudo los jóvenes aprenden esa gestión en las redes a base de disgustos, porque tampoco los padres o los profesores están en condiciones de enseñarles. Por ejemplo, se les debería indicar por principio que no deben publicitar aquella información que afecta a terceras personas.
"Ha cambiado el concepto de privacidad" replica Aranda. "Cuando eres joven expresas sentimientos, disgustos, emociones, más tarde ya vendrán las reflexiones, las opiniones el pensamiento más elaborado, la utilización de la red para alcanzar el poder", añade. Pero también es cierto que nos falta perspectiva y experiencia para conocer el alcance de las redes y para tener más conocimiento de ellas. "Necesitaremos años para aprender a administrar correctamente las informaciones" dice el profesor Jordi Busquet, de la facultad de comunicación Blanquerna de la Universitat Ramon Llull. Basta otro ejemplo, aparecen ya empresas que gestionan el perfil de las personas fallecidas para limpiar la red o mejorar la imagen.
Se dan paradojas, explica Cristina Ribas, como la de los padres que ponen alegremente fotos de sus hijos en Facebook y en cambio no dejan que la escuela use las imágenes de sus hijos ni para contendido educativos.

PÉRDIDA DE TIEMPO. La misma discusión que existía hace años con la televisión
Para los padres es la principal preocupación: el tiempo que sus hijos se pasan frente al ordenador, jugando con las consolas o pendientes del móvil. Todos los expertos coinciden en que es básico que los jóvenes aprendan a administrar muy bien el tiempo. En el fondo es la misma discusión que hace unos años se producía entorno al tiempo que podían estar frente al televisor. Los padres pueden incidir en el espacio y el tiempo destinado a las redes. Una idea dominante es que en la preadolescencia es mejor que los niños tengan el ordenador en una habitación común de la casa, ya sea el comedor o un despacho. Pero esto es cada vez más difícil porque los niños disponen pronto de BlackBerrys o móviles, desde los cuales se pueden conectar a internet, y utilizar fácilmente desde sus habitaciones. De ahí que el tema se escapa cada vez más a los padres. "Los hijos dan otro uso al móvil distinto al previsto pro sus padres, les sirven para para hacer fotos o enviar mails", recuerda Busquet.

LOS PADRES Y LOS MAESTROS. La falta de formación dificulta su aplicación en la enseñanza
La escuela se ha mantenido al margen de la televisión, pese a su impacto social, y existe la tentación de querer hacer lo mismo con internet. Una parte importante de los maestros no han sido educados en las nuevas tecnologías y esto dificulta su uso y aplicación en la enseñanza. "La escuela no puede ser una institución del pasado. Hay que ver porque los niños se aburren y evitar que el aula sea otro mundo; es necesario un cambio de actitud y de mentalidad", afirma Busquet.
Y lo mismo los padres. No se trata tanto de controlar como de ejercer ayuda y orientar. Es posible que muchos no lleguen nunca a tener una formación en estos ámbitos pero no pueden renunciar a a transmitir ciertos valores. Se puede enseñar el respeto mutuo para estar en la red o para comunicarse con sus colegas.
La ventaja es que "la tecnología nos ayuda y cada vez es más intuitiva", dice Ribas y pone el ejemplo de los tablets frente a los ordenadores. Y recomienda que los educadores realicen un esfuerzo para "estar en la red y ser 2.0, lo que significa tener una actitud de aprendizaje interactivo".

21 de enero de 2014

JÓVENES ADICTOS A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

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Los psiquiatras alertan sobre el desconocimiento que tiene la población de la dependencia a Internet, el teléfono móvil o los videojuegos.

Cerca del 3% de los jóvenes entre 18 y 34 años es adicto a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y el 8,1% está en riesgo de serlo. Se trata de un problema emergente que va incrementando su magnitud día a día y que incluso puede llegar a afectar al desarrollo y a la salud mental de los adolescentes, así como generar una gran demanda sanitaria si no es detectado a tiempo, según se explica en la obra recientemente publicada ‘De la impulsividad a la dependencia: Adicciones a las nuevas tecnologías’, dirigida y coordinada por el doctor Salvador Ros, presidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP).
La continua evolución de Internet, los teléfonos móviles, los videojuegos e incluso la televisión ha hecho que se genere y se comparta información de una forma cada vez más veloz. Y aunque en muchos casos esto ha simplificado muchas actividades, también existen importantes riesgos, puesto que pueden llevar a la dependencia tecnológica.
De hecho, la llegada de los smartphones y las tablets al mercado ha supuesto un cambio en las formas de comunicación, ya que el acceso a Internet, y por lo tanto a la información -en particular a las redes sociales-, es continuo, haciendo que se pueda convertir en un hábito adictivo. 

“El perfil de la persona adicta a estas nuevas tecnologías suele ser una persona joven, urbana, con conocimiento de inglés y manejo habitual de ordenadores, de profesión liberal y de clase media-alta”
, explica Ros. “En lo que se refiere particularmente al teléfono, tienen la necesidad de sentirse informados en todo momento, esperan continuamente llamadas que para ellos son absolutamente imprescindibles, y son incapaces de desprenderse del aparato incluso en situaciones donde no les está permitido usarlos -como por ejemplo conducir-, y comprueban repetidamente tanto la cobertura como la batería”.

Mayor fracaso escolar
En el caso de los niños y adolescentes, un bajo rendimiento o fracaso escolar puede esconder un problema de adicción a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, puesto que varios estudios demuestran que reducen la capacidad de concentración e incrementan problemas con la memoria verbal.
Asimismo, hay otras circunstancias que deben alertar sobre la posibilidad de que exista una dependencia, como la irritabilidad, la pérdida de interés por actividades que se realizaban previamente, los trastornos del sueño o el distanciamiento con la familia o amigos. “Niños o adolescentes que dejan de comer con la familia o, si lo están, se pasan todo el tiempo jugando deben alertarnos y hacernos pensar en la posibilidad de un cuadro de adicción”, afirma el doctor Alfonso Sanz Cid, psiquiatra y miembro de la junta directiva de ASEPP.
Tal y como apunta este experto, “uno de los problemas asociados a esta adicción es que, a diferencia de lo que sucede con otros hábitos de abuso como del alcohol o de las drogas, no se le está dando la importancia debida. La sociedad todavía no es consciente del grave riesgo que esto supone y no se le presta demasiada atención. Sus consecuencias no están dimensionadas”. En su opinión, el problema es que este tipo de trastorno no produce un deterioro físico, “lo que hace que sólo se acuda al médico en situaciones extremas, cuando los jóvenes han desarrollado conductas muy perturbadas donde la adicción es ya sólo un elemento más dentro de un cuadro de más gravedad”.

Detección temprana
Por su parte, la doctora Laura Ferrando, psiquiatra y miembro de la junta directiva de la ASEPP, explica la importancia de una detección temprana y del tratamiento emocional precoz de este tipo de dependencia: “Corremos el riesgo de que jóvenes que no han sabido madurar y adaptarse a las situaciones que se han ido produciendo en su vida debido a su aislamiento, tampoco lo hagan cuando lleguen a la edad adulta y, por tanto, no sean capaces de asumir responsabilidades”.
El riesgo de adicción a Internet, a los videojuegos o al teléfono móvil se relaciona directamente con el número de horas que se dedican cada día a su uso, “pero también influye”, según destaca Sanz, “la forma en cómo afecta este hábito a la conducta de cada persona, ya que varía el grado de dependencia que se establece”
Este tipo de adicciones también se ven con más frecuencia en niños con antecedentes de trastornos adictivos en la familia y en aquellos que pertenecen a núcleos familiares desestructurados, con conflictos o separaciones, o en jóvenes que no están integrados o han fracasado en los estudios. 

El Periódico de la Farmacia
Publicación de información sanitaria
Madrid, 20-03-2012
e-mail: elperiodicodelafarmacia@medynet.com
www.elperiodicodelafarmacia.es 

16 de enero de 2014

COMO PRESENTAR TU PROYECTO EN PÚBLICO

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Todo logro importante ha empezado con una idea presentada delante de un público. Pero, ¿quién no ha caído en los tópicos de siempre al dirigirse a una audiencia? ¿Quién no se ha aburrido alguna vez escuchando las presentaciones de otros?
Antonella Broglia, consultora de Infonomía y experta en comunicación y publicidad, explica que los discursos no son sólo cosa de políticos: los emprendedores también deben saber hablar en público y captar la atención de sus oyentes. A través de ejemplos de jóvenes aprendices y de oradores célebres como Martin L. King o Steve Jobs, Broglia ofrece una guía sencilla basada en 5 pasos:
- Poner especial atención a las primeras palabras de tu discurso.
- Explicar tu idea con claridad, interpelando al público y usando metáforas u objetos que llamen su atención.
- Explicar y argumentar por qué el tuyo es un buen proyecto.
- Hablar desde el corazón: implicarte en tu proyecto para que tu audiencia también se implique.
- Explicar cuál es el propósito de tu discurso. ¿Qué le pides al público?
El vídeo explica de forma didáctica las claves para evitar los errores más comunes y afrontar con garantías de éxito el reto de presentar una idea o proyecto en público.
 

Objetivos didácticos

- Identificar los errores más comunes a la hora de preparar un discurso.
- Conocer los puntos clave a tener en cuenta para dirigirse con éxito a una audiencia. 

Competencias a adquirir

  • Competencia en comunicación lingüística

Casos de uso

- Después de visionar el vídeo, se propone que los alumnos preparen un discurso breve para presentarlo delante de la clase y valorar sus aciertos y sus errores.
- Se propone visionar y analizar en clase discursos de personas célebres

Te gustará!



Este vídeo ha sido elaborado por Iuris.doc para Obra Social “la Caixa”: 
Contenido y guión: Antonella Broglia / Iuris.doc S.L. 
Sonorización: Idea Sonora 
Asesoramiento lingüístico: Iuris.doc S.L. 
Producción del vídeo: Funky Monkey S.L. 

A partir de un proyecto original de Obra Social ”la Caixa”. 

15 de enero de 2014

LOS JÓVENES HACEN UN USO SUPERFICIAL DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

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"Si no se forma en la escuela sobre el uso de las TIC, ellos no van a aprender solos" 
"Hay diferencias importantes entre los nativos digitales: muchos saben lo justo" 
Las TIC como medio de relación aumentan la brecha entre menores y adultos


El ordenador, la consola, el móvil -sobre todo el móvil- y, desde hace un tiempo, la tableta. Este es el
equipamiento común de buena parte de los adolescentes. Con él, además de realizar tareas escolares, arañan más o menos tiempo para estar en Facebook, conectarse a YouTube, escuchar música, guglear buscando cuestiones que están de moda o que tienen que ver con sus aficiones... Es indudable que se desenvuelven con aparente soltura, pero ¿tienen un conocimiento sólido sobre este tipo de herramientas y lo que pueden hacer con ellas?

Los adultos se inclinan a afirmarlo, mientras que los expertos advierten que el uso cotidiano de la tecnología -que para los adolescentes, en su condición de nativos digitales, forma parte de su vida desde que nacieron- no comporta ni de lejos su dominio. Una proporción notable de los padres "mitifica" y "sobrevalora" el dominio que tienen sus hijos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), según una de las primeras conclusiones del exhaustivo estudio elaborado por el grupo de investigación Conincom, que coordina la facultad de Comunicación Blanquerna.

 "Muchos piensan que los niños lo saben todo, que nacen enseñados. Y es engañoso -explica Jordi Busquet, investigador principal de El uso de las TIC y la brecha digital entre adultos y jóvenes. Encuentros y (des)encuentros en la escuela y el hogar (Austica)-, porque los menores siguen necesitando que se les explique, que se les acompañe. Su conocimiento suele ser superficial. Aunque tienen una gran facilidad para usar por ejemplo las pantallas táctiles, eso no supone de manera automática que sepan usar cualquier aplicación".

Para Roger Martínez, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), "cuando hablamos de nativos digitales no podemos olvidar su heterogeneidad, existen diferencias importantes entre ellos. Muchos saben muy poco, lo justo sobre las TIC; no exploran; no desarrollan usos complejos en Spotify o las redes sociales. También están convencidos de que, si lo necesitan, pueden aprender con facilidad". Martínez, que acaba de publicar junto con Irene Cussó una investigación sobre los familias y los medios digitales, defiende que los padres y profesores "no pueden desentenderse, deben implicarse y hacer que los chicos se fijen, que tengan amor e interés por aprender y por sacar provecho a las nuevas herramientas que tienen a su alcance".

Dolors Reig, psicóloga social y experta en innovación y tecnología, destaca también la importancia de la educación. "Los menores son poco competentes utilizando las TIC en ámbitos de aprendizaje, porque no se ha trabajado con ellas en la escuela. El concepto de nativo digital se ha puesto en duda a menudo en ese sentido: si no se forma en el uso de las TIC más vinculado al aprendizaje, los chicos no van a aprender a hacerlo solos".

Los investigadores de Conincom vinculan esta percepción de los padres a su falta de familiarización con las TIC. Un estudio reciente del Instituto Nacional de Industria (INI) revela que el 16% de los adultos de entre 35 y 44 años nunca usa el ordenador ni navega por internet, mientras que otro 21% se considera un "usuario básico". El porcentaje de los que carecen de ordenador y no son internautas se eleva hasta el 28,5% entre aquellos que tienen entre 45 y 54 años -a los que hay que sumar otro 23,5% de usuarios básicos-. En paralelo, conviene recordar que los hogares con hijos escolarizados suelen ser los mejor equipados tecnológicamente.

Además, la brecha que separa a los adultos (léase inmigrantes digitales) de los niños y jóvenes (nativos digitales) no se acorta, según la investigación de Austica. Un punto clave que explica esta distancia se encuentra en el denominado factor R, es decir, la importancia de la tecnología como instrumento de relación para los más jóvenes. El estudio está realizado por Conincom, una red multidisciplinar formada por investigadores de la Universitat Ramon Llull, UOC, Universidad de Zaragoza, Universidad de Sevilla y Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Como parte del trabajo de campo, han realizado 30 grupos de discusión en cinco ciudades (Sevilla, Santiago de Compostela, Zaragoza, Madrid y Barcelona) con estudiantes de ESO y bachillerato (de 12-13 años y de 16-17 años) y con adultos (padres y profesores). Esta investigación, financiada por el Ministerio de Educación, constata que, mientras los adultos hacen un uso de las TIC más centrado en el consumo y condicionado por sus necesidades profesionales y personales, para los adolescentes es vital en sus relaciones. "Para nosotros -explica Busquet- predomina el carácter funcional de las TIC; para ellos, los jóvenes, resulta fundamental en la construcción de redes sociales y relacionales y, a determinada edad, de su propia identidad. Hay diferencias entre la significación y la intensidad en el uso de las TIC".

Aparte del gran peso de las redes sociales, de la posibilidad de estar conectados las 24 horas del día y de navegar con facilidad a través del móvil, hay otros aspectos que mantienen abierta esta brecha generacional en constante evolución. Las conclusiones de este estudio destacan que, "para desconcierto de adultos", los adolescentes no entienden la división que los inmigrantes digitales hacen entre vida real y vida virtual: estas dos dimensiones se han fundido en una sola. "Los jóvenes perciben el ciberespacio como una continuación de la realidad de la vida cotidiana: saben distinguir entre el patio de la escuela y las redes sociales, pero para ellos no existe una vida presencial y otra digital", finaliza Busquet.