26 de febrero de 2013

UN SIMPLE GESTO PUEDE DARTE TRABAJO


No hay segundas oportunidades en la primera impresión que causamos en alguien. El 90% de la idea que los demás se hacen de nosotros tiene lugar en el transcurso de los primeros cuatro minutos de contacto. También que entre el 60% y el 80% del impacto que generamos no es de carácter verbal. Es por eso que, en las entrevistas de trabajo, por encima de factores objetivos como el currículum o las referencias, lo que más suele inclinar la balanza es la impresión que el candidato causa al entrevistador. Un apretón de manos convincente o una mirada sin suspicacia pueden ser claves. En el Manual de la Imagen Personal de la Escuela de Empresa y Comunicación BAi, Javier Castro es muy claro: “En los negocios, tú eres la marca y tu apariencia, el logotipo”. Y no olvidemos que, en la apariencia, la gestualidad es algo que nos define: un simple gesto nos puede abrir las puertas o empujar a que tachen nuestro nombre de la lista. ¿Y podemos dominarlos? Lo primero es ser conscientes del valor que cada gesto arrastra consigo.


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